viernes, 29 de junio de 2007

Cuando la ética es política.

Por: Betty Astudillo.

Publicado el 15 de septiembre de 1999 en Diario 17

Subordinar el poder a las leyes debería ser el objetivo de cualquier gobierno, de esta manera emergerían valores como el estado de derecho, la libertad y la equidad. Lograr una política con base ética es, para una sociedad como la nuestra un objetivo a largo plazo, señalemos que la política es identificada con prácticas que la envilecen y no sólo por quien las ejecuta sino también por quien las permite.
Hoy son tan populares las frases “métete a la política para que subas”, “la política si deja” o “en la política se agarra buen hueso”. Se ha corroído un concepto cuyo fin esencialmente ético. Pero supongamos que en el sistema de gobierno converjan las y los ciudadanos mejores preparados para dirigir y administrar los bienes (no solo económicos) en función de las necesidades de la sociedad, hablaríamos entonces de un aparato de gobierno justo, útil, conveniente y bueno desde sus bases.
Mas este horizonte tan empañado por la codicia de conquistar y conservar el poder político ignorando y actuando incluso al margen de las leyes más elementales como el respeto a la vida, torturan a la sociedad y atentan con destruirla. La reconstrucción para establecer la razón jurídica por encima de la razón del Estado corroído, es un camino largo y aún difícil y habremos de llegar a la meta cuando su respeto sea la fórmula que se aplique civilizadamente para todo mexicano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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Atentamente, Carlos Álvarez.