jueves, 14 de junio de 2007

Del Jardín del Edèn al jardìn botánico.

Por: Beatriz Astudillo

El 26 de mayo se festejó el Día Mundial de los Jardines Botánicos, los que funcionan como centros de Investigación, apoyo de la enseñanza o educación no formal sobre los temas de medio ambiente y lugares de conservación de flora: endémica, protegida por las leyes, exótica, medicinal, etc. Ante tan emotivo festejo estuve en la Ciudad de México para participar en las actividades programadas por el Jardín más importante de nuestro país, el de la UNAM.

Hago memoria y sigue asombrándome cómo la necesidad del ser humano por conservar y aprender de la flora llevó a los pobladores del México prehispánico a crear sus míticos y hermosos jardines paralelos a los primeros jardines europeos que eran denominados hortus medicus u hortus academicus.

El jardín botánico más antiguo del mundo es el de Pisa que se creó en 1544 por Luca Ghini, médico y botánico y que persiste hasta nuestros días. Y en el México prehispánico sobresalen dos importantes jardines el de Texcoco fundado por el rey poeta Nezahualcoyotl (1402-1472) y de Huaxtepec en Morelos, creado por el Emperador Azteca Moctezuma Ilhuicamina “El Viejo” (1440-1469), mismos que la ignorancia e intolerancia del conquistador se encargaron de arrasar a su paso y casi en su totalidad lo hizo también con las culturas del nuevo continente.

Es necesario impulsar centros que permitan el conocimiento de la flora local y que auspicien la participación de la sociedad en la conservación de nuestra riqueza biológica, la que insisto abunda en Acapulco y en Guerrero, y como ejemplo cito que en un estudio preliminar realizado por una colega de la UNAM determinó que el Estado de Guerrero contiene más diversidad de orquídeas que los estados de: Nayarit, Jalisco, Colima, Aguascalientes, etc.

Me preocupa que cada día los niños y jóvenes crezcan sin la valoración de la historia social y natural de sus ciudades, y por ende sin ese amor o la preocupación y la acción determinante que cambie el panorama de la devastación del entorno natural y es que de el Jardín del Edén sólo esta quedando el recuerdo y los espacios son desaprovechados ante la falta de interés gubernamental, ahí se encuentran El Parque Nacional El Veladero con sus invasiones, la isla La Roqueta con sus proyectos injustificados, El Parque Papagayo en el olvido y Las Lagunas que son la viva imagen de la tristeza.

Ayer a nuestro México se le conocía como el cuerno de la abundancia y hoy ante lo que parece inminente me reconforto con un fragmento del poema “Percibo lo secreto” del Rey Nezahualcoyotl que dice: “Como una pintura nos iremos borrando. Como una flor, nos iremos secando aquí sobre la tierra. Como vestidura de plumaje de ave zacuán,de la preciosa ave de cuello de hule, nos iremos acabandonos vamos a su casa”.

Gracias a los lectores que me han enviado sus comentarios vía mail, a todos les estoy dando respuesta.

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