domingo, 23 de septiembre de 2007

A favor o en contra de El Veladero.


Por: Biol.Beatriz Astudillo

Tengo que aclarar que las delimitaciones de esta área natural protegida (?) federal son tema de otra participación, hoy me concretaré a externar mi preocupación por las acciones de reforestación 2007 que, con las mejores intenciones realizan algunos acapulqueños en El Veladero, coordinados por la Dirección de Ecología Municipal y con las que se pretenden sembrar algunos miles de árboles frutales y según, algunas especies nativas; ya en junio del 2006 el periódico La Jornada daba cuenta de acciones similares en una nota que decía “…al menos mil árboles de varias especies serán sembrados en el parque nacional El Veladero como parte de una campaña de reforestación de esta zona federal devastada por incendios, e incluso por la misma población".

"Entre los tipos de árboles que plantarán están de mango, cerezos, bocotes, y de especies de acuerdo al clima húmedo del puerto y aprovechando ahorita este temporal de agua pueden subsistir…”.


Esto me recordó cuando mi profesora de climatología, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM llamó ignorante a la esposa de un ex presidente de la República porque quería llenar de cerezos a la Ciudad de México (sólo porque le gustaban) y es que esta ciudad no tiene el clima (frío) adecuado para el establecimiento óptimo de los cerezos, creo que la ocasión puede equipararse con estas acciones dirigidas por la Dirección de Ecología Municipal del Ayuntamiento de Acapulco.

Nuevamente vemos un derroche de tiempo, de recursos humanos, financieros y de árboles. En rehabilitación o manejo de ecosistemas no pueden realizarse acciones paliativas y superficiales sólo para que la población crea que las autoridades municipales están trabajando e involucrando a la ciudadanía en el “rescate de la naturaleza”.

Surgen muchas preguntas: ¿Cuál es el proyecto o plan de rehabilitación? ¿Quién lo avala? ¿Por qué reforestar con especies frutales y exóticas? ¿Quién las regará en la época de secas, que ocupa la mayor parte del año? ¿Se registró la sobrevivencia de arbolitos del 2006, para evitar sembrar a los árboles que no se adaptaron? ¿Cómo impactará esta reforestación a las dinámicas poblacionales de flora y fauna autóctona? ¿Se cuenta con estudios de impacto ambiental? ¿Qué dependencia federal autorizó las acciones? ¿Y por qué no le dieron continuidad al proyecto o mínimo la asesoría a los ciudadanos participativos?

Entonces, ¿esta reforestación está a favor o en contra del parque Nacional El Veladero? Porque se corre el riesgo de desplazamiento de especies nativas y alteraciones en los ecosistemas naturales igual o peor que las ya producidas por los invasores.

lunes, 17 de septiembre de 2007

La isla de La Roqueta


Por.: Beatriz Astudillo

Siendo Acapulqueña de nacimiento y proveniente de una familia cuyos orígenes datan desde el siglo XVIII en el puerto, me confieso ignorante de gran parte de la historia sociocultural de mi ciudad, he recorrido y disfrutado muchos lugares de la hermosa República Mexicana, cada uno de ellos me ha dejado un sin fin de experiencias enriquecedoras y me ha compartido la belleza natural con la que fue bendecido.

Pero Acapulco siempre ha estado ahí, voy y vengo a y de distintas ciudades, sin embargo el puerto me había parecido tan inamovible, fue hasta hace un par de años que al radicar definitivamente me he comprometido a trabajar para que la sociedad acapulqueña lo conozca y valore los recursos naturales de su casa. Es un camino largo y difícil el que emprendí como educadora ambiental y conservacionista, dentro de mis obstáculos están algunos docentes del sistema educativo nacional o los políticos quienes usan lo medioambiental solo en sus discursos sin que ejecuten acciones concretas en la conservación, vamos, sin que a la fecha haya resultados palpables.

El pasado fin de semana hice por primera vez un viaje a un lugar mágico…a la isla la roqueta, tuve la suerte de ir acompañada por dos amigos con quienes comparto el amor por la naturaleza y la participación en medios impresos: el oceanólogo Efrén García Villalvazo y el agroforesterólogo Roberto Otero Zaragoza. Nos dieron la bienvenida los olores fétidos provenientes de los baños de los restaurantes; observé árboles exóticos como el tabachín que amenazan con desplazar a la flora nativa además de envases y envolturas de comida chatarra por los senderos.

Esta isla es un espacio desaprovechado, con una inversión mínima puede convertirse en un jardín botánico, en un centro de educación ambiental (CEA), en campamento con prácticas de deportes extremos (bien planificado claro está) y otros, además puede ser parte integral del programa de la SEG en materia de medio ambiente. En la isla se encuentran árboles protegidos por la NOM-059-SEMARNAT-2001 y otros, de los que la población desconoce sus usos tradicionales y cuyo conocimiento debe formar parte de nuestra cultura.

La isla no debe ser rehén de las cooperativas lancheras, ni de los restauranteros, hay irregularidades visibles que pareciera que las autoridades pasan de largo. Acapulco tiene recursos naturales para competir en ecoturismo con otras ciudades, ya basta de copiar modelos inadecuados, el secreto consiste en resaltar su belleza natural, conocerla es el primer paso, valorarla el segundo. ¿Pero esto se podrá hacer algún día? Sí, cuando tengamos administradores gubernamentales visionarios, inteligentes con compromiso y amor por Acapulco.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Ambientes naturales, psicología y educación

Por : Biol. Betty Astudillo.

Las actividades de la vida cotidiana de los miembros de la comunidad quedan entrelazadas con el ambiente físico en el que viven y se desenvuelven. La forma en que se percibe este ambiente determina sus actitudes y su conducta ambiental y, que para darle un uso efectivo, la persona debe percibirlo en forma clara y precisa. De ahí la importancia de que los planes de la educación ambiental formal, es decir, aquella que se imparte oficialmente por la SEP, deben complementarse con excursiones, salidas a campo, a industrias, etcétera con el fin de que los estudiantes entren en contacto con un ambiente novedoso y variable que genere curiosidad y motivación por aprender.

Y es que las facilidades que brinda el ámbito no formal son diferentes de aquellas que ofrece la instrucción formal, la que se observa como de larga duración (en todo un ciclo escolar), el aprendizaje es por obligación y establecido por el Estado, que se enseña en un ambiente constante o fastidioso que no motiva al estudiante, donde la comunicación se imparte a base de símbolos en un pizarrón, que deja la realidad de lado. Los psicólogos ambientales describen la percepción del ambiente como un proceso psicológico maravilloso y único; aunque no se necesita ser científico para sentir ese vínculo extraordinario entre la naturaleza y uno mismo. Si queremos que los habitantes de la ciudad interactúen en recíproca influencia con lo que aprenden, debemos asegurarnos que su aprendizaje sea efectivo.

El problema de educación y máxime en nuestro Guerrero que ocupa un lugar deshonroso, no es responsabilidad única de la SEP, es prioritario que los Municipios como administradores de primera mano, efectúen programas de concienciación que refuercen lo que la gente alguna vez aprendió en aulas o que permitan el cambio de actitud hacia los ambientes urbanos de uso común y los ambientes naturales, estos programas también deben permitir la recuperación de la experiencia social y las aportaciones de todos aquellos que puedan enriquecerlos, porque de otra manera, seguirá la simulación gubernamental de establecer multas e infracciones para mantener un orden social cuyo panorama no es tan claro para las nuevas generaciones.